RAZONES PARA NO REGALAR ANIMALES

Muchas personas piensan que dar animales como regalo es una buena idea. Pero aunque este acto parece inofensivo esconde un lado oscuro: el hecho de cosificar a los animales. De tratarlos como mercancía, como un producto para satisfacer nuestras necesidades reales o inventadas y que si no nos sentimos satisfechos podremos regresarlos o deshacernos de ellos. El impulso de regalar animales o recibirlos de regalo es una de las formas de perpetuar la cosificación de seres sintientes.

EL PROBLEMA DE COMPRAR UN ANIMAL

Si usted piensa comprar un animal en alguna tienda o con algún criador piénselo dos veces. Si alguien comercia con seres vivos es algo que éticamente ya es muy cuestionable. Agregue a eso las condiciones en que esos animales están en las fabricas de cachorros y los criadores, donde difícilmente las autoridades hacen revisiones constantes. Incluso puede llegar a ser peligroso para los humanos, porque muchas veces pueden llegar a transmitir enfermedades derivadas de las malas condiciones en las que los tienen.

Por ejemplo en 2019 el caso del brote de una cepa de Campylobacter jejuni en 13 estados de Estados Unidos, donde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron: «Las pruebas epidemiológicas y de laboratorio indican que los cachorros comprados en tiendas de mascotas son la fuente probable de este brote. Muchos de los casos tuvieron contacto con cachorros o eran empleados en tiendas de mascotas, incluyendo Petland». Estos brotes no han sido casos aislados, por lo general cada año ocurren.

En el brote de 2018, la American Animal Hospital Association (AAHA) mencionaba: «La enfermedad es causada por una bacteria llamada Campylobacter jejuni, que vive en el tracto digestivo de la mayoría de los perros y cachorros. La Campylobacter puede propagarse a través del contacto con las heces de los perros». Uno puede seguir rastreando los casos cada año que la AAHA ha ido documentando: «Entre enero de 2016 y febrero de 2018, la CDC identificó a 118 personas de 18 estados, incluidos 29 empleados de tiendas de mascotas, que desarrollaron infecciones bacterianas multirresistentes a la exposición a la bacteria Campylobacter. La clave: la bacteria resistente a los antibióticos parece haberse propagado, al menos en parte, porque los perros sanos recibieron antibióticos, una decisión que, según los de la CDC, ayudó a alimentar la resistencia a los antibióticos, una condición en la que las infecciones bacterianas ya no responden a los medicamentos diseñados para tratarlas, debido en parte al uso excesivo». «El informe de la CDC también sugiere que una mejor higiene y prácticas de cría de animales pueden reducir la necesidad de antibióticos y disminuir la transmisión de Campylobacter entre los animales y de los animales a los humanos, y que la reducción del uso de antibióticos puede disminuir el número de infecciones multirresistentes».

Pero con todo y las recomendaciones que cada año hace la CDC, pasa otra vez lo mismo. Una bacteria que se transmite por la falta de higiene en los criaderos de animales, que luego buscan resolver administrando sobredosis de antibióticos incluso en animales sanos, en lugar de mejorar las condiciones de higiene de esos animales. Eso demuestra que a las fabricas de cachorros no les interesan los animales, ni los trabajadores de las tiendas, ni tampoco los clientes finales (porque cada año varias personas se enferman por lo mismo), solo les interesa el dinero a costa de explotar a los animales y poner en riesgo a las personas.

Joanne Brokaw menciona en su articulo: 5 razones para no regalar una mascota: «¿Sabías que la mayoría de los perros vendidos en tiendas de mascotas provienen de fábricas de cachorros?. A pesar de lo que el dueño de la tienda te diga, las fábricas de cachorros suministran perros para las tiendas de todo el país, perros que provienen de condiciones de suciedad, endogamia y tratados de forma inhumana». Sí aun tienes duda de lo que pasa detrás de las tiendas de animales escribe en YouTube la frase: “realidad de las fábricas de cachorros” para ver la cantidad de atrocidades que hacen los mercaderes de animales. Como bien resume en esta frase la organización Personas por el Trato Ético de los Animales: «Nunca compre en tiendas de mascotas o criadores, que tratan a los seres sensibles como meros productos para hacer dinero y contribuyen a la crisis de la sobrepoblación animal».

EL PROBLEMA CON LOS ANIMALES DE ALBERGUES QUE SE DAN COMO REGALOS

Por un lado tenemos a quien compra un animal para luego ser regalado, pero también tenemos a quien va a algún albergue y saca un animal para luego regalarlo. Vamos a suponer que a la persona a quien le regalan el animal no le gusta o no satisface sus necesidades, podría regresarlo al albergue. Uno podría decir que entonces no ha pasado nada malo y que incluso algunos animales podrían encontrar un buen hogar. A raíz de eso algunas organizaciones han intentado hacer campañas justificando que el acto de regalar animales no es tan malo. Pero la información que han presentado ha tenido errores de metodología y los resultados no son muy fiables, como explica el Dr. Marc Bekoff, profesor emérito de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Colorado, Boulder, y cofundador con Jane Goodall de Ethologists for the Ethical Treatment of Animals, en su articulo para Psicology Today: Pets As Gifts. Please Don’t Surprise Me With a Life Sentence. “All I don’t want for Christmas is an animal I don’t want”.

El acto de regalar un animal perpetua la idea de cosificar seres vivos, no importando si vienen de tiendas o albergues. Como bien menciona la doctora Jessica Pierce en la revista Psychology Today: «La compra y venta de animales refuerzan la actitud de que son objetos apropiados para el comercio y que son desechables, si decidimos que no nos gustan o que ya no los queremos. Demasiada gente ve el refugio de animales como una especie de tienda de buena voluntad: donas tus artículos no deseados, asumiendo que alguien más los comprará por poco dinero». Y ese es otro problema, hay gente que cree que llevando el animal al albergue resuelve todo, pero cuando ese animal salio del albergue otro animal ha entrado. La mayoría de los albergues se encuentran a tope o sobrepoblados y en varios albergues matan a algunos animales, para dar entrada a nuevos.

La Humane Society of the United States, basándose en la National Pet Owners Survey de la American Pet Products Association (APPA) y el informe de U.S. Pet Ownership & Demographics de la American Veterinary Medical Association (AVMA) estima que: «De los 3 millones de gatos y perros eutanasiados en los refugios cada año, aproximadamente 2.4 millones (80%) son sanos y tratables y podrían haber sido adoptados en nuevos hogares». No es que los albergues quieran matar animales, es que no hay hogares, ni espacio para los millones de animales en situación vulnerable. Por un lado mucha gente prefiere comprar animales en lugar de adoptar y por el otro muchos van y entregan a sus propios animales a los albergues cuando ya no los quieren o les estorban. Por eso esa idea de que entregando un animal a un albergue le van a encontrar un buen hogar o va a vivir en una granja muy grande fuera de la ciudad termina siendo un acto de fe o un eufemismo para sumar a la cifra de estadísticas de eutanasias.

Uno podría culpar a los albergues de realizar eutanasias, pero ¿realmente vamos a encontrar hogar a los millones de animales que hay en las calles, realmente hay políticas públicas para prohibir la venta de animales, hemos logrado convencer a todos nuestros familiares y amigos de esterilizar a sus animales y de que deben adoptar en lugar de comprar? Tampoco digo que estén bien los albergues que realizan eutanasias, lo que digo es que todos somos culpables de hacer o dejar de hacer para resolver este problema.

CAMBIO DE PERSPECTIVA

Muchos albergues alrededor del mundo han estado tomando posiciones sobre entregar animales durante festividades. Por ejemplo en Alemania desde hace ya varios años los albergues se han puesto de acuerdo para prohibir la entrega de animales durante Navidad. «Estamos interesados en crear conciencia de que los animales simplemente no son adecuados como regalo, a menudo provocados por un capricho de personas que no pueden pensar en qué más comprar». «Nunca sorprendas a nadie con una mascota». Dijo a The Guardian, Kay Kieselbach, quien ha trabajado más de 7 años para Tierheim Berlín, uno de los santuarios más grandes de Europa.

A partir del 15 de diciembre la mayoría de los refugios de las principales ciudades de Alemania como Berlín, Hannover o Bremen rechazan los procesos de adopción que llegan a hacer las personas, pidiéndoles que regresen en enero. La razón de parar las adopciones de manera temporal radica en que «Los animales no terminen debajo del árbol de Navidad, porque los animales simplemente no son regalos», dijo Arvid Possekel, del Refugio de Animales de Hanover a la Deutsche Welle. También Possekel hizo énfasis en el estrés al que son sometidos los animales: «Así que con la estresante época de Navidad con muchos visitantes, o conduciendo aquí y allá, así como la víspera de Año Nuevo, significa que generalmente la gente tiene muy poco tiempo para ayudar a su mascota a establecerse. Es una enorme tensión para el animal, además del estrés de su nuevo entorno»,

Seguro alguien estará pensando que tiene un conocido a quien le regalaron un perro o gato de Navidad y que el animal vive ahora feliz en ese hogar. Por lo tanto, no debería ser tan malo hacer un regalo así. O bien que en el peor de los casos si la persona no quiere el animal lo puede regresar y no pasa nada. El problema con esta lógica es que no sabemos a ciencia cierta el porcentaje de animales que han terminado siendo parte de la familia, los que han sido regresado o los que han sido abandonados. Como ya mencione se han hecho intentos de darle seguimiento a los casos por parte de los albergues, pero esos intentos han fallado en su metodología y difícilmente en un cuestionario alguien va a aceptar que ha abandonado un animal. La realidad es que no sabemos ese porcentaje. Lo que si sabemos es que en las calles hay millones de animales sufriendo. Y esos animales no aparecieron ahí de la nada.

LA SORPRESA

Es común ver videos de gente recibiendo un animal como regalo sorpresa y llorando de la emoción. Pero también se puede ver personas grabadas en video abandonando a sus animales. ¿En qué momento recibieron esos animales?, ¿bajo qué circunstancias?, ¿por qué los están abandonando?, son preguntas donde difícilmente vamos a saber la respuesta. Pero el hecho es que existen abandonos y solo hace falta escribir en YouTube las palabras “abandona perro” para ver la cantidad de videos que hay al respecto. Esas son las personas que fueron grabadas en video, no sabemos la cantidad de personas que lo hicieron cuando no había una cámara cerca.

La Irish Society for Prevention of Cruelty to Animals (ISPCA) dijo al diario TheJournal.ie: «Generalmente cuando las familias reciben cachorros para Navidad no es hasta mayo que comienzan a ver como los entregan, ya que han crecido y masticando el sofá y puede que hayan perdido su atractivo lindo. El caso es que hay que reiterar que comprar cualquier tipo de animal no es un regalo adecuado para dar. Es una gran responsabilidad y ciertamente no es algo con lo que sorprender a nadie, sea cual sea la época del año».

Uno puede recibir consejos de las personas, pero las decisiones importantes en la vida dependen de uno y uno es el responsable de esas decisiones. Si consideramos a los animales de compañía como parte de la familia deberíamos de seguir la misma lógica. De no permitir que otras personas tomen decisiones por nosotros. Porque el compromiso implica responsabilidad y razonamiento. En el impulso de regalar un animal no hay mucho razonamiento por lo que la responsabilidad se puede evadir más fácilmente.

EL IMPULSO Y LA GRATIFICACIÓN INSTANTANEA

El impulso es algo momentáneo, que dura solo unos segundos o minutos. Una descarga de dopamina que los anunciantes bien saben usar para impulsarnos a comprar cosas que no necesitamos. Ese placer de felicidad desencadenado por un estímulo exterior que uno traduce como un acto bueno, pero que por el tiempo y las circunstancias no fue muy razonado. Después podemos racionalizar el acto y algunas personas aceptan el compromiso de por vida y el animal vive feliz en ese hogar, pero otras no. Y ese es precisamente el problema, que no sabemos el porcentaje de gente que abandona, no sabemos la cantidad de gente que termina abandonando o “dejando escapar” un animal, para deshacerse de la responsabilidad.

Tener un animal de compañía es un compromiso de por vida, por eso tiene que ser un acto razonado y no un impulso. El problema con el impulso es que está relacionado a malas decisiones. Como se menciona en el artículo de Katherine Harmon en Scientific American titulado: La dopamina determina el comportamiento impulsivo: «Los individuos varían ampliamente en su capacidad de deliberar sobre las posibles consecuencias de sus elecciones antes de actuar. Las personas altamente impulsivas con frecuencia toman decisiones precipitadas y destructivas».

RESPONSABILIDAD DE POR VIDA

Tener un animal de compañía es una gran responsabilidad. Algunas de las consideraciones que hay que tomar en cuenta a la hora de aceptar el compromiso son:

• Tener el espacio suficiente para que el animal viva cómodo y no corra peligros.
• Considerar los gastos veterinarios de vacunación, esterilización, desparasitación, gastos de emergencias y revisiones periódicas.
• Tener el tiempo suficiente para ponerlo a hacer ejercicio y pasar tiempo con ellos.
• Paciencia para atender sus necesidades y comprenderlos cuando hagan algunas travesuras en casa.
• Considerar a las personas con quien uno comparte el hogar y revisar que no sean alérgicos a los animales de compañía.
• Hacer la reflexión personal si realmente tenemos los conocimientos sobre los cuidados básicos que se necesitan para dar calidad de vida a un animal.
• Saber que donde vivimos aceptan animales.
• Cuando salgamos de vacaciones llevárnoslo o tener con quien dejarlos.
• Si tenemos pensado mudarnos de casa, entender que tenemos que llevarlos con nosotros.

LOS NIÑOS NO DEBEN SER RESPONSABLES DE LA VIDA DE UN ANIMAL

También existe el problema de padres que regalan animales a sus hijos con la intención de dar lecciones de responsabilidad. Como menciona la Dra. Jessica Pierce en el artículo arriba mencionado de Psicology Today: «Los animales nunca deben ser entregados a un niño con la expectativa de que el niño será plenamente responsable del cuidado. El adulto que adquiere el animal debe considerarse a sí mismo como el cuidador principal. El bienestar del animal debe ser el primero en la mente de todos, colocado muy por encima del deseo de “enseñar responsabilidad”».

Entregar animales a menores de edad para que los cuiden es una acción muy peligrosa, tanto para el animal como para el niño. Un adulto siempre debe ser el responsable del cuidado del animal. Los niños pueden ayudar en labores cotidianas siempre bajo la supervisión de un adulto, pero nunca ellos ser los responsables del animal de compañía.

La Animal Humane Society dice lo siguiente sobre los niños y los animales de compañía: «Deje claro a los niños que las mascotas no son juguetes. Los animales deben ser tratados con suavidad y manejados con cuidado. Los niños pequeños nunca deben ser dejados solos o sin supervisión, con ningún animal, ni siquiera por un momento. Aunque los niños pueden participar en actividades de cuidado ligero como el aseo y el juego, un padre debe estar totalmente preparado para ser el cuidador principal».

CONCLUSIÓN

Ante todo este escenario ¿cuál podría ser la solución? Si usted conoce a alguien que realmente quiere en su vida un animal de compañía, espere a que pase el impulso de alguna celebración asociada a regalos. Hable con la persona, acompáñela a visitar un albergue o a rescatar algún animal de la calle. Vayan juntos, hablen con tiempo, analicen la responsabilidad que implica y las condiciones en las que estaría ese animal. Meditando con tiempo la decisión tal vez se va a perder la sorpresa, ese momento irracional de gratificación, pero es más probable que ese animal tenga un mejor hogar, al ser la razón y no el impulso el que determine su futuro.

FUENTES

• Animal Humane Society. Introducing a new pet to your household. Recuperado de https://www.animalhumanesociety.org/adoption/introducing-new-pet-your-household
• Bekoff, M. (2017). Pets As Gifts: Please Don’t Surprise Me With a Life Sentence. Psychology Today. Recuperado de https://www.psychologytoday.com/us/blog/animal-emotions/201711/pets-gifts-please-dont-surprise-me-life-sentence
• Brokaw, J. (2011). 5 reasons not to give a pet as a Christmas gift (and one idea how to do it, if you insist). Recuperado de https://www.patheos.com/blogs/heavenlycreatures/2011/12/5-reason-not-to-give-a-pet-as-a-christmas-gift-and-one-idea-how-to-do-it-anyway/
• Centers for Disease Control and Prevention. (2018). Multistate Outbreak of Multidrug-Resistant Campylobacter Infections Linked to Contact with Pet Store Puppies. CDC. Recuperado de https://www.cdc.gov/campylobacter/outbreaks/puppies-9-17/index.html
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• People for the Ethical Treatment of Animals. 4 Reasons Puppies and Other Animals Are NOT Acceptable Christmas Gifts. Recuperado de https://www.peta.org/features/animals-do-not-make-good-gifts/
• Pierce, J. (2013). Giving Pets as Gifts. Psychology Today. Recuperado de https://www.psychologytoday.com/us/blog/all-dogs-go-heaven/201312/giving-pets-gifts

Nota: Las fuentes fueron consultadas por última vez: 2020/12/23

Para citar este artículo (APA):

• Jiménez, O. (2020). Razones para no regalar animales. Fundación Ginaima, http://www.ginaima.org/tips/razones-para-no-regalar-animales/

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